En el precio del alquiler están incluidos todos los gastos: Wifi, agua, electricidad, gas, etc. Los gastos de energía (sólo electricidad + gas) están limitados a un máximo mensual que se acuerda en el contrato de alquiler.
Si el huésped consume más energía tendrá que pagar la diferencia. Los contratos de todos los servicios públicos quedan a nombre del propietario.